Sorry, this entry is only available in Español.
Sorry, this entry is only available in Español.
Si midiéramos el estado de ciertas cosas por etapas, no tendríamos ninguna información.
– Oye Juan, ¡cuánto tiempo! ¿Cómo estás?
– Bien, casado, con dos hijos…
– Vaya, qué bien, qué bien… ¿Y el trabajo?
– Bien, sigo en la gasolinera.
Las etapas “casado”, o “en la gasolinera” no dicen nada de nada. Pero quizá este ejemplo sea poco claro.
Tener una bola mágica es posible. No para adivinar el futuro que espera a los editores. Pero sí para solucionar una de las papeletas más engorrosas del trabajo editorial: conocer y controlar los procesos editoriales de nuestra empresa.
Entendámonos: no es que ahora mismo no se sepan. La pregunta es quién los conoce y qué tanta realidad contienen esos datos. Por no mencionar el coste de reunirlos y lo que ello significa.